En el parque la Batelle, el otoño se siente, se ve, se vive muy de cerca. Sólo hay unos pocos árboles de hoja perenne, así que los demás se visten con colores diferentes, amarillo, naranja, verde pardusco, marrón, dorado, etc. Es un buen momento para salir y observar, para oir el crujido de las hojas, jugar a escondernos en ellas, recogerlas para guardarlas aplastadas, ... Y luego hablar de ellas, compararlas, conocer los nombres de las formas, los bordes, las partes...